"Somos el singular plural en singular. Somos el individual grupo que representa a los siempre jóvenes viejos de la juventud, juventud inquieta, joven inquietud. Somos tan "de prosa" como el poeta y tan "de verso" como el crítico. Somos tan humoristas que te emocionamos, y tan románticos que te echarás a reír. Somos tan indefinibles, que el simple acto de definirnos sería en sí una paradoja."

sábado, 2 de julio de 2011

Este pulmón no es mío.

Todo empezó cuando picaron a la puerta. Qué raro, pensé, son las nueve y no espero a nadie. Cuando abrí, era el conejo rosa gigante. No era educado, ni siquiera simpático, no dijo nada. Se me quedó mirando con sus ojos negros y no sonrió, solo negó con la cabeza.

Como es natural, desde entonces no he vuelto a abrir la puerta. Se que está ahí fuera, esperando, le oigo respirar y reírse cuando le busco por la mirilla. Se ríe porque sabe que me ha matado, se ríe porque sabe que es dueño de mi vida. No se cómo, ni podría demostrarlo, pero se que me ha robado los pulmones. Es él el que decide cuándo respiro, cuándo toso o cuándo hablo.

Te escribo porque se me han acabo los cereales, y en mi situación, no puedo ir a por más. Te escribo porque no puedo hablarte, el conejo no me dejaría. Te escribo porque echo de menos fumar en el balcón contigo, sentados viendo a la gente moverse ahí abajo. Era tan cómodo jugar a ser dueños de nuestra vida, que ahora que no la compartimos me siento sólo. Te escribo porque no se hacer otra cosa, y volveré a escribir esto mismo una y otra vez, hasta forrar el suelo que pisabas descalza. Te escribo porque quiero pedirte perdón.

Sin embargo, se te ve tan tranquila, sentada en la mecedora mirando el horizonte, ajena a la crueldad del conejo rosa, sonriendo a un vacío en la pared, jugando a hacer como si estuvieses sola. Te envidio, tu ignorancia es tu salvación, tu presencia mi inercia:
Llevo ya una semana escribiéndote, y tú ahí, mirando las cartas que te cuelgo en la pared. Pero nunca contestas. Ya no te ríes cuando te acaricio, ya no me besas cuando te lo pido.

A veces pienso, que ojalá me vaya contigo pronto, antes de que el conejo lo haga poco a poco.
Se me han acabado los cereales, pero no cojas de esos integrales con cachos de fruta. Sabes que no me gustan.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la historia, aunque no acabo de comprender que representa el conejo.

    ResponderEliminar