"Somos el singular plural en singular. Somos el individual grupo que representa a los siempre jóvenes viejos de la juventud, juventud inquieta, joven inquietud. Somos tan "de prosa" como el poeta y tan "de verso" como el crítico. Somos tan humoristas que te emocionamos, y tan románticos que te echarás a reír. Somos tan indefinibles, que el simple acto de definirnos sería en sí una paradoja."

miércoles, 27 de abril de 2011

Sobre arena caliente


A veces veo claramente como se pinta el mundo…en efervescencia, preñado de tufos y de perfumes (que no son lo mismo pero es igual), de sangre y de polvo que gotea hacia el cielo, alto, indiferente. Vomitando pisadas sobre arena caliente…

El cuadro podría ser, por ejemplo, una guillotina de dos filos que, entre huellas de sangre refleja el corte en la cabeza que acaba de cortar, como si fuera una cortina que cae entre cabeza y cuerpo: ¡se acabó la comedia! ¡Un buen hachazo!

Eso son los cuadros que muestran el interior, el corte al mismo nivel que la hoja de la guillotina, por los dos lados: la cabeza aparece reflejada en el metal, el cuerpo se ve detrás de la hoja, que se ha convertido en vidrio, esta hoja es el cuadro y eso es todo.

Guillotinamos objetos, animales, dignidades, vidas y sueños; los presentamos, con la tajada delante, y ¿Qué vemos? Nada, ceros, ostias, suspensos, trabajo y malas caras. No vemos un cuadro, vemos pintura acumulada. No vemos arte, vemos dinero.

Ya, lo sé... no es gran cosa, pero es lo que tienen los miércoles sin vacaciones. No es broma que necesite vacaciones.

Dejemos toda esa basura.

Estoy seguro que una de las mejores temperaturas, debe ser la de los apartamentos de París, las persianas bajadas, el contestador puesto, un canuto sobre la mesa y una sonrisa de medio lado delante de un cuadro…

Realmente para encontrar una buena temperatura solo necesito las dos últimas cosas.

A veces veo claramente como se pinta el mundo, todo se ve más claro, es decir, que ya no se ve nada…



Zezé        
                                                                                                                                               
                      

miércoles, 13 de abril de 2011

SOBRE LA GUERRA Y LA PAZ

Bianca Castafiore
Emisión Segunda


“Hasta que el color de la piel de un hombre no tenga más significado que el color de sus ojos, yo digo: ¡guerra!”
“Hasta que los derechos humanos básicos sea igualmente garantizados para TODOS, yo digo: ¡guerra!”
                                                                               Bob Marley, War (1976)


   Pero como siempre, cada uno interpreta lo que quiere. Y los que creen que el mundo terminará en 2012 porque relacionan la predicción de Nostradamus en la que decía que “dos grandes rocas arderían la una sobre la otra” o que “el fuego se aproximaría a la Ciudad Nueva” con el 11-S, es porque lo interpretan como quieren. Y quienes decidieron que las mujeres en los países árabes deben llevar burka porque el Islam predica que hay que tener a las mujeres “entre algodones”, también harán lo que les de la gana. Y por el mismo motivo, muchos interpretan la guerra del Rey del reggae como una guerra violenta.

  Así que, yo misma, hace unos días caí en el mismo error. Estaba viendo un video en el que Sinéad O’Connor (la de Nothing Compares 2 U, tan mítica de Kiss FM) actuaba en Saturday Night Live y cantaba a capella la canción que acabo de citar de Bob Marley, pero sustituyendo la palabra “racism” por “child abuse” (abuso infantil). Porque ya en los 90 se criticaba el encubrimiento por parte de la Iglesia Católica de abusos sexuales a menores cometidos por miembros de esta institución (y otras muchas, pero creo que es evidente el por qué de la especial exaltación del problema en el ámbito de la religión). Al terminar la canción, y mientras pronunciaba las palabras “Fight the real enemy” (lucha contra el verdadero enemigo), Sinéad O’Connor rompía una foto de Juan Pablo II, uno de los más acusados por el encubrimiento de este tipo de crímenes. Y yo, cegada por mis propios prejuicios, no le di mayor importancia. Como a mi también me cabrea el tema, justifiqué esa actuación, aun sabiendo que era bastante provocadora.




  Pues bien, aquí no acaba todo. Resulta que Sinéad O’Connor, dos semanas después, participó en un homenaje a Bob Dylan (y aquí está otro de mis puntos débiles) en el Madison Square Garden, en Nueva York. Al salir al escenario, cientos de espectadores empezaron a abuchearla, hasta tal punto que la cantante irlandesa y su banda no pudieron interpretar la canción que tenían preparada. En su lugar, Sinéad pidió que le subieran en volumen de su micro y repitió a capella, y con más rabia aun que la primera vez, las palabras de Bob Marley:

Until the Philosophy which holds one race superior and another inferior is finally and permanently discredited and abandoned, everywhere is war. That until there’s no longer first class and second class citizens of any nation, until the colour of     a man's skin is of no more significance than the colour of his eyes, i’ve got to say WAR. Until the basic human rights are equally guaranteed to all, without regard to race, I say war. And until the ignoble and unhappy regime which holds us all of through, CHILD ABUSE, Yeah, CHILD ABUSE, Yeah. Sub-human bondage havs been toppled, utterly destroyed. Everywhere is WAR.



  Y yo estoy con ella, y creo que es esencial exigir el cambio y luchar contra las injusticias encubiertas. No deberíamos quedarnos quietos ni callados sabiendo que este tipo de cosas ocurren, ni conformarnos con las excusas de aquellos a quienes les interesa mantener estos ni cualquier otra clase de delitos en secreto.

  Pero pocos días después de ver los videos de esta mujer (en concreto el 1 de abril), se produjo un atentado en Mazar-i-Sharif, Afganistán, contra siete empleados de la ONU. Los asesinatos fueron cometidos por un grupo de afganos que decidieron vengarse contra occidente poco después de que los señores Terry Jones (¡nada que ver con el cómico de Monty Python!) y Wayne Snapp prendieran fuego a un Corán en una iglesia en Florida. Y entonces no pude evitar acordarme de la foto rota por Sinéad O’Connor, y lo que eso pudo significar para todos los católicos ofendidos que se encontraban en aquel homenaje a Dylan. 

  Y es que tanto fanáticos religiosos como fanáticos críticos han de tener cuidado con estos temas tan frágiles. Es posible protestar sin ofender a los demás. Pero sobretodo me di cuenta de mi propio error, y de que yo también me dejo llevar en ocasiones por mis ideas y dejo de ser objetiva. ¿Cómo podemos criticar a aquellos que se dejan llevar por la religión y otras prácticas que consideramos poco racionales cuando nosotros mismos nos cegamos a la razón? 

  Hay que luchar, pero en paz.





                                                                                       A mi Hergé.

lunes, 11 de abril de 2011

Carta del Sr. Arbusto para sus amigos de la Pipa



El otro día, mientras mi criada preparaba la comida, encendí la televisión para distraerme un poco de los problemas que en nuestra cotidianidad asedian a los empresarios de bien como nosotros, a los mismos a los que esta crisis está afectando de manera tan cruel y evidente. Cual fue mi sorpresa al encender la 2 (cadena que no frecuento, puesto que la televisión fue concebida como un sistema de entretenimiento y no como una vía de expresión para todos esos charlatanes científicos y pseudointelectualistas que pueblan dicha cadena) y encontrarme con un documental sobre la política del hijo único de China.
Resulta que en China, los cerdos comunistas que dirigen la nación, sobrepasados por su ineptitud, se vieron obligados a utilizar la llamada política del hijo único como medida de control de la natalidad. Los rollitos de primavera esos han ordenado que las parejas solo puedan tener un hijo, existiendo en China una predilección por los varones ya que a pesar de ser comunistas, aún tienen dos dedos de frente y comprenden que para levantar un país se necesitan las fuertes y callosas manos de los trabajadores, de los hombres de verdad, y no de unas muchachitas que en esta nuestra sociedad actual juegan a hacer los trabajos que le corresponden al sexo dominante, es decir, los hombres.
Dicho reportaje causó en mí un impacto terrible, pues se nos mostraba que en las llamadas "habitaciones de la muerte" de los orfanatos chinos, se dejaba morir a las niñas con total impunidad, y que los muchachos crecían entre escombros y suciedad, comidos por los mosquitos y revolcándose en su propia orina y excrementos.
Me indigné ante tal desaprovechamiento de los recursos, esas niñas nunca llegarían a la edad adulta, nunca podrían complacer a sus maridos, ni criar a sus hijos, hombres y mujeres de provecho para ese país de todo a 100. Un escalofrío surcó mi espalda al ver a una niña famélica de a penas 9 meses de edad, esperando en su sucia cuna de ositos desteñidos y manchas marrones de abandono, a una muerte que ya tardaba en llegar.
Al presenciar tan grotesca imagen una luz iluminó mi cabeza, un destello en mitad de tan profunda noche. Comprendí que esos niños iban a morir sí o sí, así que ¿por qué no hacer algo útil con su muerte? Con esta pretensión en mi cabeza, busqué una manera de beneficiar a la sociedad china, que la muerte de esos pobres angelitos no fuera en vano, y que ayudaran a esta gran máquina que tanto beneficio nos podría dar en un futuro no muy lejano si empleamos la cabeza y aprendemos a utilizar las oportunidades que se nos presentan.
Muchas propuestas inundaron mi mente, pero mientras untaba mantequilla en una rebanada de pan se me ocurrió una de las mejores ideas que jamás he tenido. Hacer grasa humana con esos niños. Si, puede sonar descabellado, pero con esa grasa podríamos hacer infinidad de productos como jabones, cosméticos, lubricantes. La grasa de niño chino podría abrirnos un mercado de posibilidades, podríamos llegar a muchos tipos de consumidores. El gobierno chino necesita desacerse de unos cuantos millares de niñas y niños que se agolpan en sus orfanatos, así que le estaríamos haciendo un favor, no tan solo beneficiándonos. Además esos niños van a morir si o si, así que ¿por que no hacer algo útil con eso?.
La grasa humana era un producto muy codiciado en la antigüedad, del que se sacó mucho provecho y que además de ofrecer un montón de opciones de venta solo requiere un ínfimo gasto para transformar a esos pequeños querubines en unas bonitas pastillas de jabón para que las señoras laven sus manos después de ir al escusado.
Sé que a algunos verdes, a los mariquitas y a los fácilmente escandalizables esta propuesta les parecerá algo inhumano y repulsivo, pero como decía el refrán "No está hecha la miel para la boca del asno", y por tanto no sabrán ver la tremenda oportunidad y los enormes beneficios que podríamos obtener ayudando al pueblo chino en su dudoso control de natalidad.
Me gustaría que expresaran su opinión, gracias por escuchar mi propuesta. Un saludo coordial y sincero.

miércoles, 6 de abril de 2011

Soneto a una Realidad Insuficiente




Si miro al horizonte sólo atisbo
el humo de la fábrica futura,
la falsa realidad de tez oscura,
la muerte del placer, el pesimismo.
Si doy la cara al mundo sólo escucho
clamor de sordomudos discutiendo.
No oyen, mas no callan, no lo entiendo,
el absurdo no es algo en que sea ducho.
Muy lejos, hacia el mar, está la Luna,
y su luz, no por muchos conocida,
alumbra, de manera inoportuna
el interior de aquel arca perdida
donde, llena de polvo y carcomida,
nos aguarda la esencia de la vida.

lunes, 4 de abril de 2011

Astérix el galo


“Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia esta ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor.”

Esta famosa introducción, que fue escrita por un tal Goscinny  cuando aquí aún llevábamos un yugo a la espalda, fue lo primero que circuló, a menos de 110 km/h (no vaya a ser que me multen por pensar), por mi cabeza cuando un pollo loco me invitó a participar en este blog.

La analogía es perfecta, pensé yo, y ciertamente, creo que lo es. Entiendo a La pipa de Haddock como un reducto que se opone a la imparable corriente en la que nuestra generación está inmersa. El principio de una resistencia férrea hacia la voluntad que nos pretenden imponer desde las altas esferas, y que, por desgracia, la mayor parte de la juventud acepta. Lo fácil es sentarse en el sofá y dejar que vegeten nuestros ideales, esperar a que otro luche por nosotros. Si hubiese mas Obelix, Panoramix y Abraracúrcix que abofeteasen a los invasores romanos, otro gallo nos cantaría.

Por ello acepté este trozo de libertad, porque creo que es nuestro deber conseguir un cambio en el pensamiento general, encontrar la chispa que encienda la revolución en los acomodados pensamientos actuales.

Sin entreteneros ni un segundo más, un servidor se despide, deseando que el empuje de los bravos galos eche a los romanos y les lleve hacia una victoria segura. Así, ganarás tú, ganaré yo, y en último y mas importante término, ganará la libertad.

Asterix Saxbraracúrcix, en la Galia, a 2 de Abril del 50 a.C


sábado, 2 de abril de 2011

AL HABLA EL CAPITÁN



Buenas noches. Sin su permiso, me presento:
Saludos a todos los navegantes. Bienvenidos a este navío que está a punto de zarpar. Sin embargo, me gustaría que no vierais esto como una lancha motora, sino más bien como una humilde cáscara de nuez que poco a poco irá cogiendo velocidad.
Para empezar quisiera describirme. Veamos, en la ficción tengo barba, llevo una gorra de capitán (¿Rajoy en una despedida de soltero? Casi) un ancla bordada adorna mi pecho y una pipa en la boca me impide soltar improperios ininterrumpidamente, pues me pongo de mal humor con facilidad.
En efecto (genios), soy el capitán Archibald (he estado 47 años sin nombre de pila) Haddock, y estoy aquí para haceros pasar un buen rato siempre que vosotros queráis. Aportaré todo tipo de información y diversión a partes aleatoriamente desiguales cuando mi apretadísima agenda no me lo impida.
Entre mis aficiones se encuentra el cine, la lectura, la risa y el whisky. Hoy, como primer día, os pondré una frase de mi película favorita, ligeramente acorde con el tema naviero con el que he empezado:
“Que los vientos te empujen siempre hacia delante y el sol te de en la cara. Y los vientos del destino te hagan volar para, así, poder bailar con las estrellas.”

Y antes de que os canséis de mí decido dar por finalizado este primer telegrama desde el camarote del contramaestre alzando mi copa de Loch Lomond a la tibia luz de la luna mientras me pregunto dónde diablos habré dejado mi pipa. Espero encontrarla durante esta (confío) fenomenal e ilusionante travesía.
Sin más, me despido. ¡¡Mil millares de rayos y truenos!!