"Somos el singular plural en singular. Somos el individual grupo que representa a los siempre jóvenes viejos de la juventud, juventud inquieta, joven inquietud. Somos tan "de prosa" como el poeta y tan "de verso" como el crítico. Somos tan humoristas que te emocionamos, y tan románticos que te echarás a reír. Somos tan indefinibles, que el simple acto de definirnos sería en sí una paradoja."

domingo, 20 de noviembre de 2011

Revista de prensa

Hoy, durante nuestro tradicional paseo matutino por las calles de Gabinópolis, se nos ha ocurrido la estrafalaria idea de comprar un periódico (sí, de esos en papel con noticias escritas el día anterior por periodistas “de verdad”, parece ser que todavía los hacen), un poco por estar al tanto de las novedades del frenético mundo sociotecnologicopoliticocultural, y un poco por que nos hiciera sombra en la cara más tarde durante la siesta, que hay que levantar el país.

Normalmente somos muy de leer las noticias en el iPad o de dejarnos atemorizar por Pedro Piqueras (sí, en Telecinco, llamadnos elitistas si queréis), pero tenemos que  reconocer que no hay nada como el suave tacto o el romántico olor a impresión reciente que emana del papel de las páginas de un buen periódico la primera vez que son abiertas. Así que nos encaminamos con paso elegante hacia el quiosco más cercano (¿dónde están esos niños pecosos y harapientos gritando “¡Extra! ¡Extra!” y agitando el Herald Tribune cuando los necesitamos?), adentrándonos en un mar de bolsas de pipas, regalices y revistas del corazón para llegar por fin a la sección de los rotativos. Allí, sin embargo, nos hemos visto abrumados por la casi infinita lista de alternativas serias que se planteaban.

En primer lugar, comenzamos por los diarios de mayor relevancia y credibilidad, y nos referimos obviamente al Marca, que anunciaba a bombo y platillo unas supuestas declaraciones del representante de un joven indio cherokee brasileño sobre el menú del día de la Facultad de ADE que, leyendo entre líneas y sin ningún lugar a dudas, le acercaban aún más al Madrid en el mercado de invierno. Debajo de éstas, y con la ayuda de una lupa (o un monóculo con incrustaciones, que uno tiene una reputación) se podía entrever otro titular sobre un argentino bajito, vestido de azulgrana y bastante poco agraciado, que había metido 5 o 6 goles en un partido aburrido y sin ninguna importancia y que, por cuestiones de enchufismo absolutamente ajenas al deporte, era el favorito para ganar un amañado galardón de segunda fila consistente en una ridícula pelota dorada.

El Sport y el Mundo Deportivo, en una línea mucho más empírica, dedicaban sus portadas a exclusivas de interés general como “Valdés, elegido el mejor de la historia por un comité de expertos culés hortofrutícolas” o “Alves pronuncia sus primeras palabras en idioma catalán (y, por lo visto, en cualquier otra lengua conocida)”. Buscando algo más de imparcialidad, nos giramos hacia El País, que abría con una entrevista triunfal a un político socialista (a tiempo parcial) y calvo (a jornada completa), cuya para nada forzada imagen sonriente y elocuentes frases destacadas no lograban del todo (ni del nada) captar la confianza de los electores. El Mundo, en cambio, tiraba de actualidad pidiendo a media página “respuestas sobre el 11M”, mientras que empleaba la mitad restante en recordarnos lo boyantísimo de nuestra economía (todo en tono muy neutral, sin culpar ni apoyar a nadie, pero con extrañas erratas sustituyendo las “s” por “sh”) a base de números irrisorios, intereses sobrecogedores y datos espeluznantes sobre puntos, porcentajes y diversos familiares de riesgo.

Tentador, sí, pero al final nos decantamos por un par de ejemplares del periódico regional, en los que el artículo estrella era un retrato costumbrista de la juventud politoxicómana local escrito con maestría y objetividad aplastantes. Tomar la decisión nos había dejado al borde de la extenuación intelectual, pero aun así continuamos nuestra caminata de vuelta a casa por parques y avenidas, satisfechos con nuestra elección y sintiéndonos superiores por el peso de la sabiduría que llevábamos bajo el brazo.

Y aunque finalmente solo abriésemos el susodicho para hacer el Sudoku y tuviésemos que enterarnos por los trending topics de que el desempleado Berlusconi probaría suerte en las elecciones españolas por el partido de Belén Esteban y de que uno más de los hijos de Gadafi (que tanto por número de familiares como por aspecto hubiese estado igual de bien vendiendo bragas en el mercadillo del Fontán que cometiendo genocidios por ahí) había sido arrestado, Fernández y yo coincidimos plenamente en lo gratificante y liberador de comprar el periódico y hacer algo de provecho de vez en cuando. Ojalá, pensamos, sigan haciéndolos muchos años. Los Sudokus, decimos.

Hernández y Fernández


3 comentarios:

  1. Felicidades pequeño par de dos. Hoy la Pipa es un lugar un poco mejor.

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  2. Fácil de leer, fresco, y sutil, muy sutil. Mi enhorabuena a Hernández y por extensión a Fernández.

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